ESTADO CIVIL: INGOBERNABLE, JORGE LOZANO H
PRÓLOGO
ESTADO CIVIL: INGOBERNABLE
es un manual para cortar cadenas y dejar atrás todo lo que nos ha hecho daño, para que lo
bueno pueda alcanzarnos. Hay sucesos en nuestra historia personal que se han convertido en
cadenas, eventos que nos llenan de inseguridades y miedos, y limitan nuestro potencial. Quizá
llevas años viviendo en la sombra de las cicatrices que te dejaron, pero yo siempre he pensado:
hay heridas que, en lugar de abrirte la piel, te abrieron los ojos.
Acompáñame en este viaje por tus recuerdos, tus relaciones y tus sueños. Quizá vienes de una
relación difícil, una crisis o una enfermedad, y sientes que te han robado tus mejores años. Sientes
que tienes mucho que dar, mucho que vivir y que experimentar, pero por alguna razón te
encuentras encadenada a la vida que llevas hoy.
Al terminar este libro encontrarás nuevas fuerzas para enfrentar las circunstancias de la vida,
sentirás una libertad de hacer, experimentar, equivocarte y volver a intentar. Te darás cuenta de
que Dios te ha regalado un día más para volver a empezar; pero, sobre todo, la intención de este
libro es quitarte ese peso que vienes cargando. El peso de todo lo que te heredaron, de lo que no
rompiste, pero has tenido que reparar, ese peso que por mucho tiempo te ha robado la paz. ¡No
más!
A partir de hoy, tu compromiso más grande es contigo. Prepárate para un viaje inolvidable del
cual regresarás de Estado Civil: Ingobernable. INTRODUCCIÓN: EL ASALTO AL BANCO EMOCIONAL
—¡Nadie se mueva! —gritó la tremenda Bonnie Parker mientras apuntaba su pistola Colt calibre
32 hacia el joven cajero del banco. Era una mañana fresca de un 16 de abril de 1934.
Con un cigarro recién encendido balanceándose en la orilla de su boca, Bonnie, una joven de 23
años, tenía al personal de todo un banco con el pecho en la tierra temblando.
—¡No venimos por su dinero! —gritó su cómplice Clyde Barrow, un hombre con el que no solo
compartía una pasión por lo ajeno, sino un romance que les duraría hasta la muerte. (Un mes
después para ser exactos).
—¡Venimos por el dinero del banco, repito, no el suyo! —exclamó el hombre con acento tejano,
en un tono casi absolutamente calmado.
Y como un par de bailarines perfectamente coordinados, Bonnie saltó al asiento del conductor de
un Ford V8 y aceleró con toda la potencia de sus 85 caballos de fuerza, mientras Clyde disparaba al
cielo anunciando que la fechoría estaba concretada. Nada ni nadie podía haber hecho algo para
detenerlos, eran los enemigos públicos más peligrosos de la época.
Bonnie y Clyde se convirtieron en los dos más famosos atracadores de sus tiempos y aunque su
historia parezca solo un recuerdo plasmado en un viejo libro de texto, quizá Bonnie y tú se
parezcan más de lo que puedas creer. Múltiples recuentos sugieren que la joven mujer, convertida
en una completa asaltabancos, sufría de hibristofilia: una incontrolable atracción y deseo hacia los
hombres malos. Así como lo lees, le encantaban los hombres peligrosos, malos, manipuladores y
sin futuro. Los cucarachos, como yo los llamo.
La hibristofilia es un síndrome ampliamente explorado por los psicólogos, en el que, según
Katherine Ramsland, profesora de psicología forense, "alguna gente cree que puede cambiar para
bien a una persona tan cruel, poderosa y perversa como un asesino en serie". "Otros ‘ven’ al niño
pequeño que el malvado alguna vez fue y sienten ganas de cuidar de él". ¿Te suena familiar?
¿Cuántas veces hemos creído ciegamente que una persona puede cambiar y solo termina por
decepcionarnos? ¿Cuántas veces algo en lo que depositaste toda tu fe y toda tu ilusión finalmente
te rompe el corazón?