Introducción
En mayo de 2014 salió a la venta
Hambre de hombre. Siempre pensé que el primer libro que escribiría sería sobre
sanación de las heridas de infancia; sin embargo, la vida me dio la oportunidad
de escribir primero aquél. Ahí hablé de las necesidades afectivas en la
infancia y la necesidad de la mujer de ser amada, cubriendo las necesidades de
la niña herida. Fue un libro dedicado principalmente a las mujeres, aunque los
hombres que lo leyeron vivieron experiencias interesantes con él. Hambre de
hombre me dio enormes satisfacciones: múltiples comentarios, grupos de
crecimiento, en fin, se convirtió en referencia obligada de algunos terapeutas
que trabajan la codependencia: recomiendan su lectura y sus ejercicios.
Ese primer libro fue muy
importante también porque consolidaba la etapa de mi vida en que trabajé varios
años esos temas con grupos de mujeres. Me permitió darle forma y estructura a
muchas experiencias de trabajo con la codependencia y grupos de mujeres pero,
sobre todo, escribirlo consolidó una etapa de crecimiento personal muy
importante, un paso de sanación en mi actitud codependiente, una oportunidad de
darle forma a todo lo vivido y ponerlo en un archivo interno ordenado y
comprendido. Asimismo,fue un empoderamiento y validación de lo que sé y puedo
aportar. Escribir Hambre de hombre fue de los logros más importantes de mi
vida. Me siento muy feliz y agradecida de que hoy, después de dos años, se
reimprima y dé herramientas a muchas mujeres que viven en codependencia y
relaciones tóxicas, que buscan amor incluso a costa de sí mismas.
Aunque pensé que éste sería mi
primer libro, me siento feliz de que sea el segundo porque tuve experiencias fundamentales
en mi trabajo como psicoterapeuta, con pacientes y alumnos, que me brindaron
más herramientas y conocimiento del tema, pero –una vez más– sobre todo sufrí
rompimientos personales muy fuertes, y el encuentro con mi dolor y la sanación
de mi propia infancia.
Soy mi propia herramienta de
trabajo. Asumir mi experiencia, irme al infierno y regresar en procesos de
sanación, me hace una mejor psicoterapeuta y me capacita para acompañar mejor a
quienes acuden a mis terapias, cursos y retiros.
Así, después de una etapa de
rompimiento y renacimiento personal, nace Transforma las heridas de la
infancia. Lo escribí mediante una doble gestación: por un lado la de este libro
y, por el otro, mientras se gestaba Isabella, mi segunda hija. Ella representa
el renacimiento de una yo más yo, con menos máscara y menos hambre, con más
autenticidad. Precisamente, es lo que quise plasmar en este libro que hoy te
ofrezco. Un conocimiento que te acompañe a sanar tu infancia, a mirarte con
amor, a reconocer las elecciones que hiciste para sobrevivir en la infancia y
reconocer también el abandono, y honrar a ese niño que te ayudó a salir
adelante.
En este libro también he plasmado
el conocimiento que te permitirá mirarte, entenderte, ser paciente contigo y
acompañarte en un proceso de transformación del falso yo, del yo herido que se
construyó a partir de la defensa y el dolor, e ir a un yo más verdadero, menos
acorazado y más auténtico.
Hoy, después de menos capas de
armadura y dolor a nivel personal, entiendo qué importante es rescatar al
verdadero yo que permaneció atrapado en una personalidad herida y en espera de
expresarse.
Si no somos capaces de sanar nuestras
heridas, ese verdadero yo nunca tendrá la oportunidad de ser y expresarse: nunca
podrás conocerte de verdad.
Cuando eliminas corazas, anulas
compulsiones por controlar: ser perfecto, evadirte, victimizarte; observas que
son sólo máscaras que te permitieron sobrevivir, pero siempre hay una
oportunidad de vivir sin el survivor (sobreviviente) interno, sino desde el
verdadero yo. Eso le da un matiz y un color muy diferente a tu vida y a tus
relaciones.
Estamos tan identificados con la
máscara que nos protegió del dolor y del sentimiento de vulnerabilidad, tenemos
tan pocos espacios para expresarnos y sentirnos seguros, aceptados y amados,
que descubrir tu falsa personalidad y dirigirla con amor para eliminar la
rigidez, para permear otra energía y aprender a confiar en que tu yo adulto
puede mandar, es uno de los objetivos de este libro. Así como poner al mando de
tu vida al adulto y dirigir al niño herido con paciencia, sabiduría y amor.
Este libro trabaja con la
personalidad herida, en él he puesto esquemas y ejemplos para que te sea más
fácil mirarte. Para describir la personalidad herida tomé como guía el libro de
Lise Bourbeau, Las 5 heridas que impiden ser uno mismo, base muy importante
para mí en muchos ámbitos que he desarrollado durante más de diez años
trabajando en retiros y cursos de sanación de las heridas de la infancia.
Aquí conocerás la personalidad
herida y observarás las tareas de desarrollo que no se completaron en cada
etapa, el permiso sanador de tu adulto a tu niño, ejemplos prácticos de
sanación, el veneno de la herida y el antídoto. Destaco la descripción de la
personalidad herida y, sobre todo, te ofrezco un camino de sanación que permita
a esa personalidad ser permeable y no rígida.
Reconocerás las actitudes heridas
de un niño-padre, como muchos de nosotros tuvimos, para definir en qué lugar
ubicas a tus padres y sus heridas, y qué hacer como adulto con eso. En estas
páginas encontrarás cómo es un padre-adulto; será una guía efectiva si eres
padre, o para cuando lo seas, y así no reproduzcas lo aprendido con las heridas
de tus propios padres, que a su vez las heredaron de los suyos.
Desarrollé un esquema de la
personalidad que te permitirá conocer cómo se va construyendo tu personalidad
desde los cuatro niveles de desarrollo; en qué zona se alojan las heridas de la
infancia; cómo se expresa este dolor y cómo conocer y sanar tu parte niña(o),
adolescente y adulto, hasta llegar a una conciencia sanadora del adulto
integrador que eres hoy. El esquema del edificio de la personalidad será una
referencia para expresar el dolor y cambiarlos códigos desde la raíz de lo
aprendido en el niño hasta el adulto.
En el edificio de la personalidad
propongo un ejercicio sanador que te recomiendo vivir después de leer el libro;
es una experiencia final muy importante.
Espero que al concluirlo estés
más cerca de ti; comprendas con claridad tu camino de sanación; cures tus
heridas con más paz y amorosamente comprometido con tu proceso que, al mismo
tiempo, es una filosofía de sanación de la infancia y de todo el dolor que
vivimos cuando permanecemos atados a cadenas de ignorancia y desamor.
La infancia no es destino: aquí
aprenderás que el dolor es un motor de cambios y, como diría Buda, un vehículo
de conciencia. Deseo que la conciencia del dolor te lleve a no traer el
sufrimiento contigo y a no llevarlo a todas tus relaciones; que vivas lo que
estés listo para actualizar y sanar.
Deseo que mis palabras te
acompañen en cada capítulo, que tu conciencia se haga más grande y,sobre todo,
que vivasla esperanza de salir de los patrones de dolor que te llevaron al
aislamiento y la defensa. Esto te impide vivir el amor y la intimidad en todas
tus relaciones.
Se trata de un proceso, porque
mientras estemos vivos nunca dejamos de aprender y crecer. Recuerda que no
estás solo, la infancia quedó atrás, hoy eres un adulto que pasó por etapas y
pruebas dolorosas que dejaron herramientas, fuerzas y claridades. No te
identifiques con la debilidad y el dolor, eres un sobreviviente y eso te hace
un ser poderoso, lleno de cosas buenas para dar.
Anamar Orihuela
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